LA BAÑEZA.— Ayer por la tarde, el artista local y bañezano del año 2019, Crispín d'Olot transformó su pregón inaugural del Mercado Medieval en un emotivo alegato histórico. Ante el público congregado en la plaza Mayor, el propuso la exposición pública en La Bañeza del documento original del año 932 que acredita la creación del primer albergue de peregrinos del Camino de Santiago en dicha localidad leonesa.
El pergamino registra la cesión del Monasterio de San Salvador por los nobles leoneses Abamor y Cendina al obispo San Genadio y se especifica el destino del enclave como «hospedaje propicio a peregrinos, viudas, huérfanos y clérigos», lo que lo convierte en el testimonio escrito más antiguo de la hospitalidad jacobea.
«¿Dónde se encuentra este documento? ¿Duerme el sueño de los justos en el Archivo Episcopal de Astorga o en algún museo del extranjero?», declaró el artista local. «Dejo caer este guante ante el Ayuntamiento: traigámoslo a La Bañeza aunque sea temporalmente. En 2032 se cumplen 1100 años de la donación y es el momento de iniciar las gestiones. Que las generaciones que hoy disfrutan nuestro mercado medieval conozcan la semilla que plantaron aquí sus antepasados.»
El pregonero, premiado con anterioridad por su labor de divulgación de La Bañeza, recordó como en 2004 ya había dramatizado y dirigido esta cesión con el Taller de Teatro de Astorga, subrayando cómo el documento prueba que La Bañeza fue «un enclave esencial del Camino cuando apenas se cumplía un siglo del hallazgo del sepulcro del Apóstol».
El pregón, en el que repasó su biografía artística a través de su relación con La Bañeza, también fue un homenaje a los artesanos y artistas que hacen posible el mercado, destacando las dificultades y sacrificios que enfrentan. "Estos hombres y mujeres son la esencia de nuestra fiesta, y merecen nuestro respeto y apoyo", declaró el pregonero, pidiendo a los asistentes que fueran generosos con los vendedores y artistas. "Su dedicación y talento son lo que hace que este evento sea tan especial", añadió.
La proclama concluyó con un llamado a la acción, instando a los ciudadanos a disfrutar plenamente de la fiesta. "Vean, huelan, toquen, escuchen y saboreen este maravilloso acontecimiento", finalizando con un entusiasta "¡Viva La Bañeza y los bañezanos! ¡Viva el mercado medieval! ¡Viva lo único!".
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